La gente inicia un negocio porque está harta de su trabajo. Piensa que cuando tenga su negocio será el paraíso. ¡Qué equivocado! El poner un negocio es “comprar problemas”, tendrás contratiempos con los empleados, con las autoridades municipales o fiscales, con el sindicato, los proveedores, los clientes. Será uno tras otro problema, eso son los negocios: “problemas”.
Tú tendrás que ser quien resuelva todos los problemas que se presenten. Tu tolerancia a la frustración a cada problema que te enfrentes es lo que te llevará al éxito.
Muchos de los negocios que inician fracasan porque el emprendedor no puede con los problemas, prefieren ser empleados con una operación más controlable, que estar enfrentándose a muchos problemas. Ojo, no estoy diciendo enfrentarse al fracaso, estoy hablando de enfrentarse a problemas tan simples como que un empleado falte un día importante, que otro se vaya con la competencia, o que un día importante no haya luz, que un proveedor deje de surtirte; podría nombrar un sinnúmero de problemas a los que te vas a enfrentar cuando pongas tu negocio, solo recuerda cuando tengas un problema por grave que sea:
¡Los negocios son problemas y todos pueden resolverse!
¡Los empresarios exitosos lo hacen!
